Midnight in Paris
La vi hace uno días, y hace unos días que no puedo dejar de pensar en ella. De las últimas películas de Woody, ésta es sin duda la que más me gustó... Viajes en el tiempo dentro de un Peugeot antiguo que nos llevan a los años ’20 y a la Belle Époque: la nostalgia de que todo tiempo pasado fue mejor. Escritores, pintores, intelectuales que en la actualidad añoran las Vanguardias, los vanguardistas que añoran la Belle Epoque, Lautrec y Gauguin en una mesa soñando con el Romanticismo. Charlas de café donde se cruza toda la literatura y la pintura que dialogan en el imaginario a partir del cual Allen narra sus historias; faltaría Dostoievsky que, aunque no forme parte de la Europa occidental, la ha atravesado por completo. La vida es sueño en este film que tiene un Owen Wilson impecable y que en más de una oportunidad pensé si acaso no estaría doblando la voz de Allen. Wilson logra naturalizar cada línea del guión y el personaje que interpreta se vuelve totalmente suyo mientras nos muestra la París del flâneur benjaminiano que recorre las calles seducido por la bohème que hace tan única a esa ciudad para algunos; incomprensible e inabordable para otros. Guionista de películas hollywoodenses, el personaje principal pretende escribir una novela, la gran obra que incluso develará su propia vida, y quién mejor que Gertrude Stein como lectora/editora de la misma. Llena de guiños, Midnight in París es una caricia para los amantes de la literatura y de las vanguardias mientras los oídos se deleitan con la voz de Cole Porter quien también aparece, junto a Linda, en una fiesta.