Broken Flowers o, como diría el negro Rada metamorfoseado en Richie Silver, flowers in the night. me despierto día domingo triste nube que tapa la ventana; y voy al cine como solía hacer todos los domingos a la tardecita antes de que cayeran ranas en el placard. Por el día, las modas y esta ciudad, mi cine preferido era una jauría de leones así que opté por uno del centro con jubilados y divorciados. La butaca quiebra el cuello en la insistencia de las jirafas cuando intentan alcanzar las hojas de los árboles para alimentarse. Una pantalla pequeña y un sonido extraño me hicieron pensar en el correr de las películas y olvidar del señor dolby mientras aparecía en mi recuerdo cinema paradiso. Empieza el film. Lento, una misma canción constante, monótona (Pasá al track dos Bill, please!). A Murray lo han encasillado en un mismo papel; una lástima, es un gran actor. A pesar de esto, creo que los personajes están bien logrados como así también cada una de las locaciones. Pero los silencios y la fragmentación de los diálogos es la sutileza que rescato. En esos espacios vacíos está la participación activa del espectador y la construcción del sentido de la película. El fin no es el que se persigue sino como este caso concreto altera todo lo hasta ahora construido. Los relojes de mi vida se derriten y yo puedo disfrutar esta película.