Thursday, September 14, 2006

Tejer y destejer llevan el mismo tiempo y la misma fuerza de las manos rotas, de las agujas quebradas del tiempo apresurado del que camina lento.
¿por qué su voz no llega hasta el canal de Beagle?
¿Por qué esa otra voz pudo construir puentes sin escala, sin agujeros?
Ella cae en el terreno pantanoso de las arañas que le resultan simpáticas y éstas luego, la absorben en una tela pegajosa de un siniestro almíbar. Llena de flores en sus pestañas, no es aquella que caminaba sola empapada por la lluvia de la noche de un domigo de jazz, donde las puertas y el río se aunaron para devorarla.
Teme encontrarse con el tiempo que cubre con cartones al cuerpo y a la mente.
Cada gota transita el vidrio de la manera que mejor le place y quizás busque mil formas hasta encontrar su sitio. No es lo mismo la lluvia, su acontecer tiene también una rutina.
Camina y el viento borra las huellas en la arena, su voz enmudece y ella cree no reconocerse en el espejo del otro.