El camino sinuoso del azar se descubre en los múltiples colores que cargan guaguas, ropas, alimentos u objetos. Hay historias en sus trajes, en sus miradas, en sus palabras no elegidas. Mi cuerpo blanco atraviesa un río que en su nombre arrastra el recuerdo de mi infancia. Mi piel connota la conquista, mi espíritu me hermana con el aymara y el quechua