Extraña fascinación por el viaje, por la ruptura con el lugar originario; por el chau que parece agobiar hasta la asfixia, por preparar una mochila y sentir que quizás no vuelva. La tensión que permite ese deseo de partida y la satisfacción y el placer que suceden dentro del cuerpo puedo entederlo; pero ahora que yo estoy aca y quien prepara sus ojos para nuevos lugares es otro, sigue gestándose en mi el mismo hijo gemelo (placer/dolor). Lluevo con tu ida y me regocija a la vez. el sábado también yo, estaré en Frankfurt.
Para los dos: Viena, París y Nina Simone