Tuesday, August 30, 2005
Día X. La ciudad se vuelve bipolar. Dos colores para cada uno de los dos grupos. En la calle, sólo espectros... y la noche. Como en el último momento previo al apocalipsis, nadie. De repente, abrazos y peleas (que no son más que las dos caras de lo mismo), gritos eufóricos que salen ahogados de las ventanas y puertas de los bares. Millones de pares de pelotas siguiendo a la única que se muestra sola y de repente cuando uno la hace entrar, todos excitados aplauden, se emocionan hasta hay algunos que lloran. Y tantas otras como vos, que me miras por la ventana, simulan que eso les interesa y yo me acuerdo de una propaganda que pasaban por i-sat y me rio sola. Y entonces me burlo del absurdo, del fanático y de la que se hace la amante de; y llego a casa y mi casa es otro bar, con el mismo mar de pelotas y la picada y la bandera y me burlo de ellos como me burlaba en la calle del resto. Pero "tengo" que comer en la mesa y entonces miro la pantalla por unos minutos y se hace media hora, y se hizo el primer tiempo, y se hicieron los gritos, y las bombas de estruendo, y no me fui a dormir.